Los globos vuelan

Hay una imagen que no deja de repetírseme en la cabeza una y otra vez, de esos recuerdos que tienes y no sabes de dónde vienen, ¿me entiendes? Era un globo, de Mickey Mouse me parece recordar... Caminaba con él por la calle de noche, agarrándolo como si se me fuese la vida en ello. Era tremendamente feliz con aquel globito... De pronto, una ráfaga de viento. Me descuidé un poco y noté como se deslizaba el cordel por mis manos. Empecé a llorar y a pedir a mis padres que lo recuperasen. Era imposible, estaba demasiado alto ya... Y se alejaba, se alejaba cada vez más. Lo veía volar y volar más lejos de mí y yo me sentía impotente por no poder pillarlo de un salto. Sentía su fragilidad, pensaba que cualquier cosa allá arriba haría que se pinchase y acabase en el peor sitio posible. Iba viendo cómo era más y más pequeño... Hasta que se fundió en la oscuridad.

A menudo recuerdo aquello, sueño con ello. No dejo de preguntarme qué puede significar y si realmente pasó, pero no puedo evitar sentir un vacío cuando me acuerdo. Aunque supongo que es ley de vida: a veces, un globo es tan grande para ti que debes dejarlo ir y seguir adelante con tu vida.