Cuentos de niños

Todavía a día de hoy te acuerdas de sus consejos, de su sabiduría. Ella sabía que la primera persona de la calle con la que pretendías emparejarla cada día no iba a significar nada en su vida. Era capaz de cuidar a todo el que entraba en su casa. Te dejaba quedar como un ganador siempre a las cartas y se descubría cuando en la partida entraban más personas. Te permitía todos tus caprichos y nunca faltaba un segundo plato que sustituyese al primero en la mesa. Te obligaba a comer esos bombones tan ricos hasta que conseguía que no te apeteciesen más ni ese día ni otro. Te escuchaba siempre que quería, aunque a ella nadie se lo hiciese. Te cantaba la canción de siempre, la canción que no quedó grabada... Pero los recuerdos son así y no todo el mundo sabe apreciarlos. Ahora está en esa camilla, al lado de la que tú una noche dormiste, igual que años atrás, igual que cuando tan sólo eras un niño.

Ella sabía que todos los deseos de niños se cumplen con los años si los ves como si fueran objetivos. Ella sabía de todo para ti, ella era especial... Y tú algún día cumplirás lo que te decía. Nadie te va a convencer de que lo hagas, incluso a lo mejor nadie sepa transmitirte las mismas palabras que ella una vez soltó, pero algo puedes tener claro: que el cerrar los ojos no cura la verdad.

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