En la calle

Y habrá momentos de ensueño

y momentos negros,

pero todo valdrá la pena.

Habrá días en que te sientas absolutamente inútil y solo,

días en que nadie se parará a interesarse por ti,

en que todo lo que ganes sea lo justo para la cena,

una mediocre cena.

Habrá días en que llueva,

días en que no haya ni un alma,

días en que se rompan todos los hilos de tu marioneta,

días en que te des cuenta de lo mucho que echas de menos a los tuyos,

días en que no veas arte en lo que haces

e incluso días en que ni siquiera te apetezca salir de tu tienda de campaña,

pero una cosa sí que sabes:

que habrá días en que descubras el valor que tiene actuar en la calle,

días en que ames grabar a tus amigos por muy cabreado que estés con ellos,

días en que te enamores de esa chica que actúa cruzando la esquina,

días en que pruebes “la hora del queso”,

días en que te emporres con una Coca-Cola,

días en que te regalen una tienda de campaña,

días en que unos extraños te ofrezcan llevarte hasta el festival que está a “3 horas” de camino,

días en que cantes a rabiar en brasileiro,

días en que te encuentres unos zapatos gratis,

días en que te reencuentres con tu familia,

días en que viajes en un barco dentro de un bus,

días en que tengas que sacar las cosas de tu tienda por las “ratas”,

días en que conozcas a un “Drácula” de la vida,

días en que te comparen con una tortuga,

días en que hagas una sesión de fotos a tus zapatos rotos,

días en que tengas broncas con alemanes y a ti te la sople,

días en que una fotógrafa se interese por tu vida,

días en que alguien te haga sentir único en lo que haces,

días en que unos músicos te ofrezcan “jugar” con ellos,

días en que un niño se ría a carcajadas contigo,

días en que una mujer o un hombre de cualquier edad te diga “gracias”,

días y días en que te enamores una y otra y otra y otra vez,

días en que ames a Marcus,

días en que te acuestes y puedas decir

“pero todo vale la pena”.