Palabras de un loco

Silencio.
Respiros, caricias.
Aprieta, desliza, araña.
Viaje cósmico,
viaje tántrico,
orgasmo.

Y entras en otra superficie,
en otra dimensión,
un lugar aparentemente real
y a la vez sumido en un vacío irreal.
Sutileza, locura.
Mis recuerdos amparan tristeza,
amparan llanto,
más ya no pecan de estos fallos.
Ahora, pecan de sexo,
de ingesto pecado.
Lujuria,
abstracto,
orgasmo.

Esquizofrenia,
antojo de ser un bicho raro,
un monstruo a la deriva entre ser amado
y ser viviente.
Muerte, olor a podredumbre,
dueños de la noche,
en medio de este lago,
en lo más profundo del pozo,
del abismo.
Agua, sed,
como cromosomas que se enredan
en la telaraña de la sabiduría.
Palabras sin sentido,
palabras ilógicas,
palabras de llanto,
palabras que se quedan en el olvido.
Ausentes,
nos evadimos en el infinito abismo,
infinito porque no alcanza fin alguno.
Un bucle que sigue y sigue...
Sin fin,
claramente,
nos hemos quedado sin fin
en un infinito
orgasmo.

Sin aire en los pulmones
la boca me sabe a plomo.
Respiro bajo el agua,
pero el respiro no me atrapa.
Me evado más y más,
bailo bajo la cascada.
Fluyo,
ardo,
salgo,
parece acercarse un fin,
un final tal vez de cuento de hadas.
Acaso puede ser que loco me quede,
en este estado sin estado.
Ya está,
lo viví
y lo mismo que lo viví,
lo aparco.
He aquí,
por fin,
llega el culmen
de mi mejor
orgasmo.